miércoles, 17 de diciembre de 2008

Desde el exilio.

Si pudiera decir que una fecha cambió mi vida, esa sería el domingo 1 de octubre de 2000. Ese día me fui a vivir al extranjero, específicamente a Costa Rica, pequeño país en Centro América.

Ese domingo, que cambió radicalmente mi vida, aterrice en un país que para mí era totalmente desconocido; me fui a vivir con mi padre, con el que nunca había vivido antes, su esposa y mi hermanita. Deje en Maiquetía, a mí mamá, mí hermana, mí novia (ahora ex novia), a mí mejor amiga y a mí primo (casi como un hermano); creo que para ese momento, eran las personas mas importantes en mi vida, y algo de importancia tenía yo en la de ellos, pues trasladarse hasta el aeropuerto, un domingo por la mañana y haber derramado una que otra lagrimita cuando cruzaba inmigración, me da la sensación de que en alguna manera los sentimientos eran recíprocos y que así como yo, nos íbamos a extrañar.

No solo el tema de tener 17 años, edad bastante difícil y en la que somos más vulnerables a los conflictos y a la atorrancia, pero también nace el romanticismo en nosotros; así como vivir con una familia a la que desconocía totalmente, (más allá de las vacaciones en que llegamos a compartir cuando vivían en Venezuela); sino que también, así sin anestesia, rápido y sin dolor, el día siguiente lunes 2 de octubre de 2000 comencé a estudiar en un colegio, que tiene como lema “Enseñamos a triunfar”, donde no conocía a nadie, y para sorpresa mía las disparidades en el lenguaje, bien sea el mismo “español”, no ayudaba para nada y lo difícil, al menos al principio, de entender el acento tico y las palabras con las que adornan su sabroso idioma, era en realidad una aventura bastante difícil pues el “español tico” y el “español venezolano” tienen ciertas diferencias que fungen a prima facie, como barrera para el desenvolvimiento social. Todos estos impactantes hechos, sirvieron para que me viera en la necesidad de refugiarme en la lectura y la escritura, como único remedio para esa nueva soledad.

Hoy 8 años después de ese día, he decido iniciar o mejor dicho volver a escribir, por eso es que invento este blog, para contar y decir cosas, dejar en algún lugar “tangible” una suerte de memorias pues resulta difícil guardar silencio, si uno cree que debe expresarse. Así pues es que comienzo con este anecdotario, donde podré plasmar mis vivencias y como me dijo una amiga, que me sentara y dejara correr mis dedos por el teclado, cosas que compartir, ideas que expresar con otros, o conmigo mismo, como desahogo de las cosas buenas, normales y malas. Todos tenemos algo que decir y como dicen por ahí simplemente hay que decirlas.

Saludos y espero que nos entretengamos…

GBA.